lunes, 7 de diciembre de 2009

LITERATURA NAHUATL
















LA CULTURA NÁHUATL FLORECIÓ EN EL VALLE DEL ANAHUAC.





LITERATURA
Entre los pueblos NAHUAS existía una gran apreciación por la poesía. La poesía era una de las actividades propias del guerrero en tiempo de paz y era especialmente practicada entre las clases nobles.
Se denomina lirica náhuatl a la poesía que produjo este pueblo en la época prehispánica, a estas composiciones se les denomina Cuícatl. Esta poesía fue cultivada por Netzahualcóyotl, Nezahualpilli y Macuilxochitzin.
L a poesía, existía una expresión con la que se refería a la poesía: IN XOCHITL IN CUICATL<>, literalmente, aunque hay quien la interprete como <>.
La poesía era una de las actividades propias del guerrero en tiempo de paz y era especialmente practicada entre las clases nobles.
Poesía épica: textos donde hace referencia a personajes importantes, composiciones donde se narra la fundación de una ciudad.
Poesía lirica: composiciones donde el poeta expone su mas pura subjetividad en cuanto a la forma de ver el mundo.
Poesía dramática: aparecen las obras de teatro; María Stein, en teatro Náhuatl.










EXISTEN DOS TIPOS DE CORRIENTES LITERARIAS LA CUITATL (cuentos y poemas) Y LA TLATOLLI (RELATOS Y DISCURSOS)

LOS CUITATL("que del interior del cielo vienen")a la vez se subdividen en:
-teocuicatl(cuentos de los dioses), -tepoxcuicatl (cuentos que requieren acompañamiento musical), -yaocuicatl(enaltecían las hazañas guerreras), -xochicuicatl(cantos de flores), - xopancuicatl(cantos para primavera), -inocuicatl(cantos filosóficos).





LOS TLATOLLI: COMPRENDE TODO LO QUE NO FUERA INSPIRACION POÉTICA, SI NO QUE FUERA FRUTO DE LA INVENCIÓN Y LA EXPERIENCIA.ESTAS TAMBIÉN SE DIVIDIAN EN:
-huehuetlatolli(palabras o anuncios de los ancianos), -teutlatolli(disertaciones divinas), -ye vecahue tlatollli(versión nativa de la historia), -tlamachilliztlatal-azanuilli(leyendas y narraciones), -In tonalli itlatlatolli(sobre los destinos).
La literatura náhuatl tiene elementos característicos que la distinguen de otras; dichos rasgos son muy abundantes y recurrentes en los textos que han llegado hasta nuestros días.





ELEMENTOS ESTRUCTURALES
Paralelismo: es la recepción de una misma idea pero con distintas palabras, a manera de sinónimos:
"…allí fuimos creados, allí nos dio ser
allí enlazó el hilo de nuestra vida…"





Metáfora: consiste en referirse a un objeto con el nombre de otro; la acción se da del sentido recto al figurado y se fundamenta en "una relación de semejanza entre los significados":
"Brotan las flores, están frescas, medran
abren su corola.
De su interior salen las flores del canto:
tú, oh poeta, las derramas sobre las demás."





Difrasismo: consiste en das una idea mediante dos frases; por ejemplo: In Xóchitl, In Cuícatl = flor y canto = poesía.
"Oye un canto en mi corazón:
me pongo a llorar lleno de dolor.
¡Nos vamos entre las flores…"





Expresiones imperativas-negativas: expresan una idea negativa en forma imperativa para que se entienda lo contrario.
"No es verdad que vivamos,
No es verdad que duramos…"





Preciosismo : vocabulario alusivo a la riqueza:
"Cual pluma de quetzal, fragante flor…"





Temática
Se orienta a los tipos de Cuícatl que dieron al mundo, desarrollando lo relativo a la guerra donde puede haber alusiones a los caballeros águila y tigre, a las flores, a la tristeza, etc. Pero existe un rasgo predominante en todos sus cantos:





Pesimismo por la fugacidad de la vida: El ser humano se siente triste porque no es eterno, porque su vida en la tierra es sólo pasajera y muy corta:
"No es verdad que vivimos,
No es verdad que duramos…"
"En verdad lo digo:
Ciertamente no es lugar de felicidad
Aquí en la tierra.
Ciertamente hay que ir a otra parte:
Allá la felicidad sí existe.
¿O es que sólo en vano venimos a la tierra?"





Poetas náhuatles





Uno de los grandes poetas náhuatles es:
Netzahualcóyotl (1402 – 1472) (náhuatl:Netzahual.cóyō.tl 'coyote hambriento') fue el monarca (tlatoani) de la ciudad-estado de Tetzcuco en el México Antiguo.
Nació el 28 de abril (según otras fuentes, el 4 de febrero) de 1402 en Texcoco (actualmente un municipio del Estado de México) en la actual República Mexicana y murió en 1472. Era hijo del sexto señor de los chichimecas, Ixtlilxóchitl, que significa 'flor oscura' (īxtlīl- 'oscuro, negro', xōchitl 'flor') señor de la ciudad de Texcoco, y de la princesa mexica Matlalcihuatzin, hija del tlatoani azteca Huitzilíhuitl, segundo señor de Tenochtitlán. Al nacer, le fue impuesto el nombre de Acolmiztli (náhuatl: Acōlmiztli, 'felino fuerte' ), pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Netzahualcóyotl que significa «coyote que ayuna», entendiéndose el ayuno como una forma de sacrificio.
A principios del S. XV el mayor centro de poder en la cuenca de México era Azcapotzalco, capital de los tepanecas. El señorío tepanecas bajo Tezozómoc tenía tintes tiránicos, y después de un relativo fracaso militar, mediante una conspiración palaciega logró expulsar de Texcoco y eventualmente, dar muerte a Ixtlilxóchitl, padre de Netzahualcóyotl. Tiempo después éste tuvo la oportunidad de participar en una alianza con los mexicas, que además de vengar la muerte de su padre, logró derruir el poder tepanecas.
Una vez que recuperó el trono, Netzahualcóyotl gobernóó Texcoco con valor y sabiduría. Así mismo, ganó reputación de sabio y obtuvo una justa fama como poeta. Su amplia formación intelectual se traducía en una elevada sensibilidad estética y un gran amor por la naturaleza, que quedaron reflejados no sólo en la arquitectura de la ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas. Netzahualcóyotl llegó a construir un jardín botánico adornado con hermosas pozas de agua y acueductos en Tetzcotzingo, donde eran habituales las reuniones de poetas e intelectuales. Algunos historiadores han manifestado que aun cuando los acolhuas profesaban el politeísmo, él comenzó a desarrollar la idea de un dios único, al cual llama Tloquenahuaque. Varios de sus versos se encuentran actualmente plasmados en los muros del Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.
Desde su infancia y durante su adolescencia, Netzahualcóyotl recibió una educación muy completa correspondiente a su linaje. Estudió primero en el palacio con tutores designados por su padre, y más tarde en el calmecac, escuela de estudios superiores donde asistían los jóvenes de las clases privilegiadas y gobernantes. De esta forma aprendió la escritura; los ritos y tradiciones ancestrales de sus antepasados chichimecas-toltecas; la historia, las enseñanzas y las doctrinas heredadas por los mexicas y acolhuacanos venidos del norte y las artes de la guerra y la política, que lo prepararían para gobernar a su pueblo.
Aunque Netzahualcóyotl era heredero nato del reino de Texcoco, no vivía como un príncipe rodeado de lujos y comodidades, pues en esos años su padre enfrentaba el asedio de los tepanecas de Azcapotzalco, cuyo belicoso rey, Tezozomoc, ya había conquistado Tenayuca y Culhuacán, y ambicionaba extender su imperio hacia la región norte del gran lago. La intención de Tezozomoc era asesinar al rey Ixtlilxóchitl y a toda su familia para poder apoderarse del trono de Texcoco. Para entonces, el reino texcocano se encontraba debilitado, no contaba con aliados comprometidos, ni tenía las suficientes armas ni el ejército necesario para sostener una guerra y repeler la invasión.
En 1418, los tepanecas sitiaron la ciudad de Texcoco durante 30 días. Bajo la amenaza de muerte lanzada por Tezozomoc, el rey Ixtlilxóchitl de 54 años, errante y furtivo, tuvo que abandonar su palacio. Mientras las huestes de Tezozómoc rastreaban los alrededores de la ciudad para encontrar al rey y príncipe texcocanos, éstos se refugiaron en las cuevas de Cualhyacac y Tzinacanoztoc, rodeados de unos pocos leales. No pudiendo ocultarse allí por mucho tiempo, Ixtlilxóchitl ordenó a su hijo que se adentrara en el bosque, mientras él y unos pocos hombres trataban de detener sin éxito el avance de sus captores. Sin embargo, éstos anticiparon su ataque y lo sorprendieron en el bosque. El príncipe Netzahualcóyotl, oculto entre las ramas de un árbol, fue testigo de cómo su padre luchó hasta caer abatido por las lanzas tepanecas.
Luego de presenciar el asesinato de su padre, Netzahualcóyotl, de apenas 16 años, logró escapar y huyó. Antes había pedido a sus partidarios que cesaran la resistencia y que, por el momento, se sometieran a la tiranía de Tezozomoc, mientras él buscaba el apoyo de otros pueblos y encontraba el modo de liberarlos. Una vez que Tezozomoc se apoderó completamente de la ciudad, ordenó la captura de Netzahualcóyotl y ofreció una recompensa para quien se lo entregara vivo o muerto; sabía que el legítimo príncipe heredero representaba un peligro pues intentaría liberar a su reino.
A partir de entonces y durante los siguientes dos años, Netzahualcóyotl enfrentó los momentos más duros y amargos de su vida, en los que tuvo que hacer acopio de valor, cautela y astucia, para poder eludir el acoso y las asechanzas de sus perseguidores. Clandestinamente, recorrió varios poblados con el fin de conseguir aliados y mantenerse informado de los planes del rey usurpador.
Un tiempo se mantuvo encubierto en Tlaxcala, donde pudo pasar inadvertido disfrazado de campesino. De ahí se trasladó a Chalco y se incorporó como soldado al ejército de los chalcas, pero fue descubierto y encerrado en una jaula. Toteotzintecuhtli, el soberano de esa ciudad, lo condenó a muerte para congraciarse con el tirano Tezozomoc. Sin embargo, Quetzalmacatzin, hermano del gobernante chalca, se compadeció de Netzahualcóyotl y lo ayudó a escapar, cambiando sus ropas y ocupando su lugar en la jaula. Netzahualcóyotl pudo salir de Chalco y regresar a Tlaxcala sin ser reconocido; mientras tanto, su protector fue ejecutado en su lugar, acusado de traición.
Es hasta 1420 cuando concluye ese periodo errante, luego de que las tías de Netzahualcóyotl, hermanas de su madre y esposas de los gobernantes de Tenochtitlán y Tlatelolco, solicitaron al rey tepaneca el perdón para su joven sobrino. A pesar de su recelo y suspicacia, Tezozomoc consintió que Netzahualcoyotl viviera en Tenochtitlán, ciudad donde el príncipe sin trono fue afectuosamente recibido.
Durante los siguientes ocho años, gracias a la hospitalidad de su familia materna, Netzahualcóyotl pudo continuar con su educación y adiestramiento militar, lo cual le permitió convertirse rápidamente en un apuesto guerrero; de igual modo cultivó su vocación por las artes y las ciencias. En esos años, Tezozomoc le otorgó un palacio en Texcoco y le autorizó a viajar entre las dos ciudades. Sin embargo, Netzahualcóyotl no había olvidado los sucesos que provocaron su exilio. Como una pesadilla recurrente, recordaba las imágenes del asesinato de su padre y aún palpitaba en su interior todo el sufrimiento que él y su familia habían vivido. Decidido a recuperar su trono, cada amanecer planeaba la estrategia para cumplir su objetivo. No era un deseo de venganza ni de ambición lo que lo motivaba, sino un anhelo de justicia. Se sabía predestinado a cumplir una heroica misión: liberar a su pueblo del indigno yugo tepaneca.
Para entonces, el viejo Tezozomoc, debilitado y gravemente enfermo, sospechaba de las intenciones de Netzahualcóyotl y, casi al borde de la muerte, encomendó a sus tres hijos Maxtla, Teyatzin y Tlatoca Tlitzpaltzin asesinar al príncipe destronado.
Netzahualcóyotl, al tanto de los malévolos planes de sus enemigos, se refugió en Tenochtitlán bajo la protección de su tío, el rey Chimalpopoca. Un año después sobrevino la muerte de Tezozomoc, y Maxtla ocupó su lugar como soberano de Azcapotzalco. Aunque conocía el propósito de asesinarlo, Netzahualcoyotl asistió al funeral del patriarca tepanecas. Ambicioso y traicionero, el heredero de Tezozomoc no estaba dispuesto a ceder el trono de Texcoco a Netzahualcóyotl, y decidió hacer prisionero a Chimalpopoca como represalia contra éste por haber ayudado a su enemigo; al mismo tiempo, envió a un grupo de mercenarios para buscar y ejecutar al temerario príncipe.
Netzahualcóyotl, desafiando el peligro, llegó a Azcapotzalco para interceder por la libertad de Chimalpopoca. Maxtla fingió ser benevolente, pero trató de asesinarlo a traición. Netzahualcóyotl consiguió salir ileso y escapó hacia Texcoco. Entonces Maxtla preparó una nueva trampa para eliminarlo. Convenció a Yancuiltzin, hijo natural del padre de Netzahualcóyotl, para que invitara a su medio hermano a un banquete y una vez que estuviera solo en su casa lo matara. Sin embargo, Netzahualcóyotl es advertido del siniestro plan por un amigo y, para librarse de la muerte, dispuso que un labriego se hiciera pasar por él para asistir al banquete de Yancuiltzin. Allí, el supuesto Netzahualcóyotl es decapitado y su cabeza fue entregada como trofeo a Maxtla, quien creía que al fin había acabado con el invencible príncipe. Sin embargo, no tardó en enterarse de que Netzahualcóyotl aún estaba vivo. Enfurecido, Maxtla dio órdenes a sus principales capitanes para que se dirigieran a Texcoco en busca de Netzahualcóyotl y lo aniquilaran sin piedad.
De nuevo, el príncipe texcocano tuvo que huir de una feroz persecución. En múltiples ocasiones logró salir indemne de las emboscadas ordenadas por Maxtla. Éste, al no poder dar alcance a su escurridizo oponente, descargó su venganza contra Chimalpopoca y alevosamente lo asesinó, lo cual daría un drástico giro en favor de Netzahualcóyotl, pues los mexicas, indignados, decidieron romper su alianza con Azcapotzalco y nombraron a Itzcóatl como su nuevo rey. Esto acarreó que Tenochtitlán fuera sitiada por Maxtla.
Entre tanto, con gran habilidad diplomática, Netzahualcóyotl consiguió atraerse los favores de otras ciudades descontentas con la tiranía tepanecas y organizó un frente común, cuyo peso principal recayó en los tlaxcaltecas y los huejotzincas. El formidable ejército aliado alcanzó victorias en Otumba y Acolman antes de tomar Texcoco en 1429.
En seguida Netzahualcóyotl dedicó sus esfuerzos a liberar México y Tlatelolco. En una cruenta batalla, destruyó Azcapotzalco después de un sitio de ciento catorce días. Maxtla murió a manos de Netzahualcóyotl, quien, dispuesto a inaugurar una época de esplendor en el Valle de México, consiguió sellar un pacto confederal con Itzcóatl, de Tenochtitlán y Totoquiyauhtzin, señor de Tacuba, pacto conocido como la Triple Alianza.
Cuando en 1472 falleció Netzahualcóyotl, subió al trono su hijo Nezahualpilli, quien gobernó la ciudad hasta el año 1516, continuando la política expansiva emprendida por su antecesor.





Sus poesías mas sobresalientes son:





Canto de la huida
(De Netzahualcóyotl cuando andaba huyendo del señor de Azcapotzalco)
En vano he nacido,
En vano he venido a salir
De la casa del dios a la tierra,
¡yo soy menesteroso!
Ojalá en verdad no hubiera salido,
Que de verdad no hubiera venido a la tierra.
No lo digo, pero…
¿qué es lo que haré?,
¡oh príncipes que aquí habéis venido!,
¿vivo frente al rostro de la gente?
¿qué podrá ser?,
¡reflexiona!

¿Habré de erguirme sobre la tierra?
¿Cuál es mi destino?,
yo soy menesteroso,
mi corazón padece,
tú eres apenas mi amigo
en la tierra, aquí

¿Cómo hay que vivir al lado de la gente?
¿Obra desconsideradamente,
vive, el que sostiene y eleva a los hombres?

¡Vive en paz,
pasa la vida en calma!
Me he doblegado,
Sólo vivo con la cabeza inclinada
Al lado de la gente.
Por eso me aflijo,
¡soy desdichado!,
he quedado abandonado
al lado de la gente en la tierra.

¿Cómo lo determina tu corazón,
Dador de la Vida?
¡Salga ya tu disgusto!
Extiende tu compasión,
Estoy a tu lado, tú eres dios.
¿Acaso quieres darme la muerte?

¿Es verdad que nos alegramos,
que vivimos sobre la tierra?
No es cierto que vivimos
Y hemos venido a alegrarnos en la tierra.
Todos así somos menesterosos.
La amargura predice el destino
Aquí, al lado de la gente.

Que no se angustie mi corazón.
No reflexiones ya más
Verdaderamente apenas
De mí mismo tengo compasión en la tierra.

Ha venido a crecer la amargura,
Junto a ti a tu lado, Dador de la Vida.
Solamente yo busco,
Recuerdo a nuestros amigos.
¿Acaso vendrán una vez más,
acaso volverán a vivir;
Sólo una vez perecemos,
Sólo una vez aquí en la tierra.
¡Que no sufran sus corazones!,
junto y al lado del Dador de la Vida.


Poneos de pie

¡Amigos míos, poneos de pie!
Desamparados están los príncipes,
Yo soy Netzahualcóyotl,
Soy el cantor,
Soy papagayo de gran cabeza.
Toma ya tus flores y tu abanico
¡Con ellos ponte a bailar!
Tú eres mi hijo,
Tú ere Yoyontzin.
Toma ya tu cacao,
La flor del cacao,
¡que sea ya bebida!
¡Hágase el baile,
No es aquí nuestra casa,
No viviremos aquí
Tú de igual modo tendrás que marcharte.

Canto de primavera

En la casa de las pinturas
Comienza a cantar,
Ensaya el canto,
Derrama flores,
Alegra el canto.

Resuena el canto,
Los cascabeles se hacen oír,
A ellos responden
Nuestras sonajas floridas.
Derrama flores,
Alegra el canto.

Sobre las flores canta
El hermoso faisán,
Su canto despliega
En el interior de las aguas.
A él responden
Variados pájaros rojos.
El hermoso pájaro rojo
Bellamente canta.

Libro de pinturas es tu corazón
Has venido a cantar,
Haces resonar tus tambores,
Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera
Alegras a las gentes

Tú sólo repartes
Flores que embriagan
Flores preciosas.

Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
Alegras a las gentes.


Alegraos

Alegraos con las flores que embriagan,
Las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
Los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
Fragantes flores,
Abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
Parlotea y canta,
Viene a conocer la casa de dios.
Sólo con nuestros cantos
Perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
Vuestro disgusto de disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
Las ha hecho descender
El inventor de sí mismo,
Flores placenteras,
Con ellas vuestro disgusto se disipa.

Soy Rico
Soy rico,
Yo, el señor Netzahualcóyotl.
Reúno el collar,
Los anchos plumajes de quetzal,
Por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
Por todas partes águilas y tigres,
Por experiencia conozco los jades,
Las ajorcas preciosas…


Solamente Él
Solamente él,
El Dador de la Vida.
Vana sabiduría tenía yo,
¿Acaso alguien no lo sabía?
¿Acaso alguien?
No tenía yo contento al lado de la gente.

Realidades preciosas hacer llover,
De ti proviene tu felicidad,
¡Dador de la vida!
Olorosas flores, flores preciosas,
Con ansia yo las deseaba,
Vana sabiduría tenía yo…

Estoy Triste

Estoy triste, me aflijo,
Yo, el señor Netzahualcóyotl.
Con flores y con cantos
Recuerdas a los príncipes,
A los que se fueron,
A Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven,
Allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantes de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!
Así, echando de menos tus cantos,
Me he venido a afligir,
Sólo he venido a quedar triste,
Yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
En la región donde de algún modo se existe,
Nos dejaste sin provisión en la tierra,
Por esto, a mí mismo me desgarro.

Yo lo Pregunto

Yo Netzahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

Percibo lo Secreto…
Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
De cuatro en cuatro nosotros los hombres,
Todos habremos de irnos,
Todos habremos de morir en la tierra…

Nadie en jade,
Nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá que perecer,
Nosotros iremos así a su casa.

Como una pintura
Nos iremos borrando.
Como una flor,
Nos iremos secando
Aquí sobre la tierra.
Como vestidura de plumaje de ave zacuán,
De la preciosa ave de cuello de hule,
Nos iremos acabando
Nos vamos a su casa.

Se acercó aquí
Hace giros la tristeza
De los que en su interior viven…
Meditadlo, señores,
Águilas y tigres,
Aunque fuerais de jade,
Aunque allá iréis,
Al lugar de los descarnados…
Tendremos que desaparecer
Nadie habrá de quedar.

Estoy Embriagado

Estoy embriagado, lloro, me aflijo,
Pienso, digo,
En mi interior lo encuentro:
Si yo nunca muriera,
Si nunca desapareciera.
Allá donde no hay muerte,
Allá donde ella es conquista,
Que allá vaya yo…
Si yo nunca muriera,
Si yo nunca desapareciera.

¿A dónde iremos?

¿ A dónde iremos
donde la muerte no existe?
Mas, ¿por esto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:

Aquí nadie vivirá por siempre.
Aun los príncipes a morir vinieron,
Los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
Aquí nadie vivirá para siempre.



Lo Comprende mi Corazón

Por fin lo comprende mi corazón:
Escucho un canto,
Contemplo una flor:
¡Ojalá no se marchiten!


No acabaran mis flores

No acabarán mis flores,
No cesarán mis cantos.
Yo cantor los elevo,
Se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
Se marchitan y amarillecen,
Serán llevadas allá,
Al interior de la casa
Del ave de plumas de oro.


Con Flores Escribes…

Con flores escribes, Dador de la vida,
Con cantos das color,
Con cantos sombreas
A los que han de vivir en la tierra.
Después destruirás a águilas y tigres,
Sólo en tu libro de pinturas vivimos,
Aquí sobe la tierra.
Con tinta negra borrarás
Lo que fue la hermandad,
La comunidad, la nobleza.
Tú sombreas a los que han de vivir en la tierra.


En el Interior del Cielo

Sólo allá en el interior del cielo
Tú inventas tu palabra,
¡Dador de la vida!
¿Qué determinarás?
¿Tendrás fastidio aquí?
¿Ocultarás tu fama y tu gloria en la tierra?
¿Qué determinarás?
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida…
Amigos, águilas, tigres,
¿a dónde en verdad iremos?
Mal hacemos las cosas, oh amigo.
Por ello no así te aflijas,
Eso nos enferma, nos causa la muerte.
Esforzáos, todos tendremos que ir
A la región del misterio.


¿Eres Tú Verdadero…?

¿Eres tú verdadero ( tienes raíz )?
Sólo quien todas las cosas domina,
El Dador de la vida.
¿Es esto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
no teman tormento!

Todo lo que es verdadero,
(lo que tiene raíz),
dicen que no es verdadero
(que no tiene raíz).
El Dador de la vida
Sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!.


No en Parte Alguna…

No en parte alguna puede estar la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado,
Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
El es quien inventa las cosas,
Él es quien se inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es invocado,
Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.

Nadie puede aquí
Nadie puede ser amigo
Del Dador de la vida:
Sólo es invocado,
A su lado,
Junto a él,
Se puede vivir en la tierra.

El que lo encuentra,
Tan sólo sabe bien esto: él es invocado,
A su lado, junto a él,
Se puede vivir en la tierra.

Nadie en verdad
Es tu amigo,
¡oh Dador de la vida!
Sólo como si entre las flores
Buscáramos a alguien,
Así te buscamos,
Nosotros que vivimos en la tierra,
Mientras estamos a tu lado.
Se hastiará tu corazón.
Sólo por poco tiempo
Estaremos junto a ti a tu lado.

No enloquece el Dador de la vida,
Nos embriaga aquí.
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener éxito, reinar en la tierra.

Sólo tú alteras las cosas,
Como lo sabe nuestro corazón:
Nadie puede estar acaso a su lado,
Tener éxito, reinar en la tierra.


Canto de Nezahualcóyotl de Acolhuacan
(con que saludó a Moctezuma el viejo,
cuando estaba éste enfermo).

Miradme, he llegado.
Soy blanca flor, soy faisán,
Se yergue mi abanico de plumas finas,
Soy Nezahualcóyotl.
Las flores se esparcen,
De allá vengo, de Acolhuacan.
Escuchadme, elevaré mi canto,
Vengo a alegrar a Moctezuma.
¡Tatalilili, papapapa, achala, achala!

¡Qué sea para bien!
¡que sea en buen momento!
Donde están erguidas las columnas de jade,
Donde están ellas en fila,
Aquí en México,
Donde en las obscuras aguas
Se yerguen los blancos sauces,
Aquí te merecieron tus abuelos,
Aquel Huitzilíhuitl, aquel Acamapichtli.
¡Por ellos llora, oh Moctezuma!
Por ellos tú guardas su estera y su solio.
El te ha visto con compasión,
Él se ha apiadoado de ti, ¡oh Moctezuma!
A tu cargo tienes la ciudad y el solio.


Un coro responde:

Por ello llora, ¡Oh Moctezuma!
Estás contemplando el agua y el monte, la ciudad,
Allí ya miras a tu enfermo,
¡oh Nezahualcóyotl!
Allí en las obscuras aguas,
En medio del musgo acuático,
Haces tu llegada a México.
Aquí tú haces merecimiento,
Allí ya miras a tu enfermo.
Tú, Nezahualcóyotl.

El águila grazna,
El ocelote ruge,
Aquí es México,
Donde tú gobernabas Itzcóatl.
Por él, tienes tú ahora estera y solio.
Donde hay sauces blancos
Sólo tu reinas.
Donde hay blancas cañas,
Donde se extiende el agua de jade,
Aquí en México.

Tú, con sauces preciosos,
Verdes como jade,
Engalanas la ciudad,

La niebla sobre nosotros se extiende,
¡que broten flores preciosas!
¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Haces vibrar tu abanico de plumas finas,
lo contempla la garza
lo contempla el quetzal.
¡Son amigos los príncipes!

La niebla sobre nosotros se extiende,
¡que broten flores preciosas!
¡que permanezcan en vuestras manos!
Son vuestro canto, vuestra palabra.
Flores luminosas abren sus corolas,
donde se extiende el musgo acuático,
aquí en México.
Sin violencia permanece y prospera
en medio de sus libros y pinturas,
existe la ciudad de Tenochtitlan.
El la extiende y la hace florecer,
él tiene aquí fijos sus ojos,
los tiene fijos en medio del lago.

Se han levantado columnas de jade,
de en medio del lago se yerguen las columnas,
es el Dios que sustenta la tierra
y lleva sobre sí al Anáhuac
sobre el agua celeste.
Flores preciosas hay en vuestras manos,
con verdes sauces habéis matizado a la ciudad,
a todo aquello que las aguas rodean,
y en la plenitud del día.
Habéis hecho una pintura del agua celeste,
la tierra del Anáhuac habéis matizado,
¡oh vosotros señores!
A ti, Nezahualcóyotl,
a ti, Motecuhzoma,
el dador de la vida os ha inventado,
os ha forjado,
nuestro padre, el Dios,
en el interior mismo del agua.


He Llegado

He llegado aquí,
soy Yoyontzin.
Sólo busco las flores,
sobre la tierra he venido a cortarlas.
Aquí corto ya las flores preciosas,
para mí corto aquellas de la amistad:
son ellas tu ser, oh príncipe,
yo soy Netzahualcóyotl, el señor Yoyontzin.

Ya busco presuroso
mi canto verdadero,
y así también busco
a ti, amigo nuestro.
Existe la reunión:
es ejemplo de amistad.

Por poco tiempo me alegro,
por breve lapso vive feliz
mi corazón en la tierra.
En tanto yo exista, yo, Yoyontzin,
anhelo las flores,
una a una las recojo,
aquí donde vivimos.

Con ansia yo quiero, anhelo,
la amistad, la nobleza,
la comunidad.
Con cantos floridos yo vivo.

Como si fuera de oro,
como un collar fino,
como ancho plumaje de quetzal,
así aprecio
tu canto verdadero:
con él yo me alegro.

¿Quién es el que baila aquí,
en el lugar de la música,
en la casa de la primavera?
Soy yo, Yoyontzin,
¡ojalá lo disfrute mi corazón!


Pensamiento

¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.


Un Recuerdo que Dejo

¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos



Monólogo de Nezahualcóyotl

Hay cantos floridos; que se diga
yo bebo flores que embriagan,
ya llegaron las flores que causan vértigo,
ven y serás glorificado.

Ya llegaron aquí las flores en ramillete:
son flores de placer que se esparcen,
llueven y se entrelazan diversas flores.

Ya retumba el tambor: sea el baile:
con bellas flores narcóticas se tiñe mi corazón.

Yo soy cantor: flores para esparcirlas
yo las voy tomando: gozad.

Dentro de mi corazón se quiebra la flor del canto:
ya estoy esparciendo flores.

Con cantos alguna vez me he de amortajar,
con flores m corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!

La fama de mis flores, el renombre de mis cantos,
dejaré abandonados alguna vez:
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!

"MITO DEL QUINTO SOL"
La Leyenda del Quinto Sol es un mito mesoamericano sobre la creación del mundo, universo y la humanidad. Según él, la tierra ha pasado por 5 etapas diferentes desde su creación, regidas cada una por un sol.
-El primer sol se llamaba NAHUI-OCELOTL(cuatro-ocelote o jaguar), porque el mundo era habitado por gigantes.
-El segundo sol, Nahui Ehecatl(cuatro-viento), regidas por QUETZALCOATL, desapareció después de 5 veces 52 años al desatarse un huracán, que transformó a los sobrevivientes en monos.
-El tercero sol, Nahui-quiahuitl(cuatro-lluvia), desapareció después de 6 veces 52 años, al caer una lluvia de fuego, manifestación de tlaloc, dios de la lluvia, los sobrevivientes se transformaron en su mayoría en pajarillos y guajolotes.
-El cuarto sol, Nahui-Atl(cuatro-agua), cuya regente fue chalchiutlicue, acabó con un terrible diluvio, después de 3 veces 52 años, al que sólo sobrevivieron un hombre y una mujer, cada uno de estos soles son los cuatro puntos cardinales. En el sucedió que todo lo se lo llevo el agua y la gente se convirtió en peces.
-El quinto sol, Nahui-ollin(cuatro-movimiento), porque esta destinado a desaparecer por la fuerza de un movimiento o un temblor de la tierra, momento en el que aparecerán los monstruos del oeste. El quinto sol es el último de los soles y se encuentra situado en el centro de la tierra y este sol es el Dios anciano del fuego, porque el fuego del hogar se encuentra en el centro de la casa.
Para los aztecas y mayas el quinto sol fue creado en la antigua ciudad de Teotihuacán.
Se dice que el quinto sol murió al momento de ser conquistadas las tierras Mexicanas por el hombre blanco, dando así el nacimiento del sexto sol.


No hay comentarios:

Publicar un comentario